Usualmente, los padres de familias suelen pensar que el “problema de conducta” de sus hijos se solventa con castigos severos y un régimen en casa. Sin embargo, antes de castigar, es fundamental diferenciar si no estamos ante un caso de Trastorno de Déficit de Atención, que suele afectar a muchos niños alrededor del mundo.
Para muchos psiquiatras, el Trastorno de Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) es considerado el “catarro común”, no por sus síntomas gripales, sino por la inmensa cantidad de casos que se registran alrededor del mundo y que afecta, en su mayoría, a la población infantil. Sin embargo, para las familias en Latinoamérica, muchas veces, se piensa que se trata de “niños malcriados”, cuyo problema se puede solucionar “con una buena nalgada”.
La Psicóloga Marisa Azaret, durante una entrevista concedida a la cadena noticiosa CNN, explicó que “muchos hogares confunden el TDAH con una malcriadez del niño, cuando, en realidad, se trata de un trastorno que no requiere de medicamentos para solucionarlo, sino de terapia y de ayuda especializada”. Según Azaret, el TDAH es fácil de detectar, ya que el trastorno puede sufrirse en diferentes grados y afectar a los niños de formas muy diferentes.
“El TDAH es bien común en América Latina. Hoy en día sabemos mucho más que antes porque es un trastorno que se sigue estudiando actualmente. Ahora, sabemos que esto impacta la vida de los niños y que las estructuras del cerebro suelen ser diferentes. Esto no es un trastorno fantasma. Existe y provoca sufrimiento en las familias”, declaró. “Esto no se trata de que, ‘si fuera mi hijo, con tres nalgadas lo arreglo’”, agregó.
¿Cómo sé si mi hijo tiene TDAH?
Según Azaret, dentro de las características propias de un niño o niña que padece TDAH está, en primer lugar, la falta de atención, siendo éste el primer síntoma a reconocer. “Los niños con TDAH suelen tener serios problemas para concentrarse, se distraen con facilidad y eso provoca que no puedan acatar órdenes fáciles o que salgan mal en la escuela. No es que no quieran estudiar, es que hay un problema en su cerebro que les impide enfocarse en una tarea larga y que requiera gran concentración”, explicó.
De igual forma, la impulsividad y la desorganización pueden ser otros de los síntomas que presentan los niños que padecen este trastorno. “El niño que es impulsivo, que no mide sus reacciones sino que simplemente suelta lo que siente o piensa. También el niño que es desorganizado en el hogar, en la escuela, en sus propias actividades. Las madres latinas tienden a castigar el desorden, pero muchas veces se debe a este trastorno que impide que el niño sea capaz de organizar su espacio personal de forma ordenada y secuenciada”, detalló.
Además de estos síntomas, Azaret remarcó el hábito de interrumpir a otros y la imposibilidad de permanecer quieto como rasgos bien detallados de estos niños. “Son incapaces de estar en silencio y, si alguien habla con ellos, suelen interrumpirlos y expresar ideas, muchas veces, ajenas a la conversación en la que están. Este punto es uno de los que más pasa desapercibido en el hogar, ya que se les reprime con castigos duros y no se les enseña a controlar y canalizar la energía de su hiperactividad”, señaló.
Sin embargo, estos rasgos, propios de un carácter hiperactivo, no son los únicos que predominan en los niños con TDAH, ya que también existe un trastorno para niños sin hiperactividad. “Ese es el más complicado de detectar, porque el niño está ahí, sentado, escuchando, viéndote, pero su menta divaga por muchas ideas y simplemente pasa desapercibido para él o ella todo lo que le acabas de decir”, remarcó.
Según la especialista, el TDAH sin hiperactividad es más común de lo que parece. “Los padres y maestros deben prestar mucha atención a esto. Son niños tranquilos, bien portados y con carácter tranquilo, pero a la hora de los exámenes reprueban y no pueden pasar de notas promedio, lo que para ellos es ya un sacrificio bastante pesado”, aseguró.
¿Qué hago entonces?
Conociendo estos aspectos, surge la pregunta: ¿Qué hacer? Para ello, la especialista recomienda “atención psicológica inmediata” y “con apoyo de los padres de familia y profesores”. “Lastimosamente, en América Latina nadie toma en serio este trastorno. Pero, al detectarse las señales, debe acudirse al psicólogo. No se receten medicamentos ni es que los psicólogos sean ‘solo para los locos’. Lo que se hace es darle terapia al niño y enseñarle a canalizar su energía y lograr enfocar su atención con formas y tips ideales para su condición”.
“Invito a los padres a tomar acción y también a las escuelas y colegios a considerar a estos niños. Actualmente, varias instituciones desarrollan planes ideales para pequeños con TDAH, por lo que es bueno investigar y documentarse, antes de sacar la conclusión de que se trata de un niño malcriado”, finalizó.
FUENTE: elnuevodia.com
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