Si bien se la conoce como “artritis” a secas, la osteoartritis es el tipo más común de la enfermedad (pero no el único) y suele estar asociado al envejecimiento o a una lesión. Provoca dolor, rigidez en el cuerpo, problemas para moverse, enrojecimiento e hinchazón de las articulaciones, por lo que interfiere en la calidad de vida. Además de la terapia farmacológica, un cambio de hábitos puede ayudar a disminuir su impacto.
“A la osteoartritis, a veces, se la llama artritis por desgaste natural porque suele desarrollarse con el tiempo, a medida que se descompone el cartílago en la articulación. El cartílago es aquel revestimiento duro y escurridizo que amortigua los extremos de los huesos y los permite moverse libremente. Con el transcurso del tiempo, el cartílago puede desgastarse completamente y hacer que los huesos se rocen entre sí, lo cual provoca dolor y dificulta el movimiento de la articulación”, explica Eric Matteson, del departamento de Reumatología de la Clínica Mayo de Estados Unidos.
Y agrega que el sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de sufrir osteoartritis en las caderas, rodillas y columna, porque el exceso de peso ejerce más presión y tensión sobre esas articulaciones, lo que también eleva el riesgo de daño para el cartílago. Además, las proteínas producidas por el tejido adiposo ocasionan una inflamación nociva en y alrededor de las articulaciones que también contribuye a la osteoartritis.
Si bien una vez que el cartílago empieza a dañarse el proceso es irreversible, bajar de peso disminuye la presión sobre las articulaciones y eso, a su vez, reduce la probabilidad de que el cartílago se descomponga más. También sirve para reducir la inflamación y, de esa manera, disminuir los síntomas de la artritis.
“Por lo tanto, aunque perder peso sea una medida excelente para controlar los síntomas de la artritis, por lo general, es preciso acompañarlo con otras terapias para reducir más eficazmente la inflamación y el dolor”, sostiene Matteson en un artículo de divulgación de la Clínica Mayo.
La fisioterapia, en particular, puede servir para aliviar los síntomas, precisa. El fisioterapeuta puede elaborar un programa de ejercicios para fortalecer los músculos que rodean las articulaciones, mejorar la amplitud de movimiento y reducir el dolor. También puede ayudar la práctica de ejercicio suave, como andar en bicicleta, nadar o caminar, en forma regular y sin la ayuda de nadie.
El yoga o el tai chi también pueden contribuir al alivio de las molestias y a mejorar la flexibilidad. Esas terapias implican hacer ejercicios y estiramientos suaves, combinado con respiración profunda. El especialista subraya que es importante trabajar con alguien que sepa guiar a personas con artritis, de manera que los ejercicios no lastimen las articulaciones.
Es probable que para un buen control de los síntomas de la artritis también sea necesaria la prescripción de medicamentos. Los analgésicos de venta libre, como el paracetamol y el ibuprofeno, suelen ser de ayuda contra el dolor. También puede indicarse fármacos de venta bajo prescripción, como los antiinflamatorios no esteroides.
Y un último consejo: “Si usted fuma, déjelo ahora”. El hábito de fumar se relaciona con daños acelerados en el tejido conectivo, artritis y dolor por artritis, apunta Matteson, quien recomienda consultar en forma temprana al especialista, quien elaborará un plan de tratamiento adecuado a cada paciente.
FUENTE: Clarín
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